En un recipiente pequeño poner 2 cucharadas de agua, 1 cucharadita de azúcar y la levadura. Dejar reposar por unos 8 minutos.
Mientras la levadura leuda, mezclar los ingredientes líquidos en un recipiente y los ingredientes secos en otro recipiente.
En un bol grande, agregar la levadura y los ingredientes líquidos a la harina y mezclar. Poner la masa en una superficie plana, y enharinar las manos. La masa va a ser un poco pegajosa, la harina va ayudar a que no se pegue en las manos. Hacer esto cada dos minutos o cada vez que empiece a pegarse en tus manos. Con esta masa prefiero no poner harina en la mesa y sólo poner en mis manos. Amasar por 10 minutos.
Poner la masa en un recipiente engrasado (usar aceite neutro), darle la vuelta a la masa para que esté cubierta de aceite también y cubrir con film.
Dejar reposar en algún lugar de la casa donde se mantiene caliente. Yo suelo poner mi masa en la lavandería. Esta vez reposó por una hora y media. Cuando hace calor suele tardar sólo una hora. Lo que se quiere es que la masa haya crecido el doble.
Después de que la masa leude, en una superficie enharinada, estirar la masa en forma de un rectángulo (50x30cm / 18×11 pulgadas más o menos). Untar la mantequilla en toda la masa (yo uso mis dedos para esto). Espolvorear la mezcla de azúcar y canela. Enrollar la masa y pinchar las puntas para sellar.
Con un cuchillo, cortar la masa en 12 porciones iguales. Poner los rollos en un molde engrasado. Cubrir el molde con film o un paño y dejar reposar por 30 minutos. Mi horno tarda como 15 minutos para llegar a los 175°C / 350°F, así que lo enciendo pensando en los 30 minutos de reposo que necesita la masa.
Hornear el pan por 25 a 30 minutos.
En un bol mediano, preparar el decorado mezclando el azúcar impalpable con la leche. Derramar el decorado en los rollos mientras están caliente. Servir.